FONDO DE INVERSIÓN
por Jorge Ortega
Lo que no eres
te sostiene,
te abastece
lo que no tienes.
Sucumbes al camino
para que te acribille el
resplandor
con su intangible espada
o se instale en ti
liberando adentro, en
los ganglios,
su pátina de oro.
Espectador de un mundo
que no te pertenece
te montas en la sábana
del viento
para sobrevivir a la
fortuna
o esquivar el volcán de
una epidemia,
riegas con el hisopo del
chubasco
la avidez de tus pasos,
compulsas las membranas de la vida
en un puño de arena
escurridiza, aluzas el trayecto
con la rosa de lumbre
del homínido.
Acumulando nada, nada
pierdes.
Hay una dote intacta en
el furtivo
emporio de los
elementos.
El horizonte es un cáliz
de vacío
donde la eternidad
destila su promesa.